El té helado, es una bebida muy refrescante y sabrosa para disfrutar en verano, servida en un vaso con hielo. Es una receta sencilla que solo requiere esperar a que el té se enfríe hasta temperatura ambiente antes de servirlo sobre el hielo. Aunque el té no sea algo que me entusiasme, reconozco que «camuflado» junto al hielo y la leche condensada, se toma muy agusto. Puede servirse tal cual o acompañarlo con unas hojitas de menta o una rodaja de limón.
Ingredientes:
- 2-3 cucharadas de te negro
- 130 ml. de agua
- 2 cucharadas de leche condensada
- 2-3 cucharadas de azucar
- Leche evaporada fría
- Hielo picado
Elaboración:
Hervimos el agua y vertemos en una taza con 2-3 cucharadas, según la intensidad que deseemos de te negro. Dejamos actuar unos minutos. Después, utilizando un buen filtro o colador, colamos el té.
Agregamos las cucharadas de azúcar al té caliente y removemos bien para que se disuelva. Añadimos también la leche condensada, revolvemos hasta integrarla y dejamos reposar y enfriar.
Llenamos 2/3 de un vaso de hielo picado y a continuación vertemos el té y cubrimos con la leche evaporada.
Notas:
- Podemos realizar los dos primeros pasos y conservar la mezcla en la nevera hasta la hora de servir.
- La cantidad tanto de la leche condensada y evaporada, variará según el dulzor que queramos obtener.
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